Experimentar en animales es, cada vez, menos rentable económicamente para las empresas. Ello se debe, por un lado, al coste en imagen que les supone gracias al trabajo del activismo vegano. Por otro lado, por la revolución en biotecnología que hace que otras alternativas sean más económicas y rentables. ¿Quieres saber más? sigue leyendo!
¿Cómo nos encontramos respecto al uso de animales en experimentación?
Podríamos decir sin equivocarnos, que la inmensa mayoría de los avances en medicina que se ha llevado a cabo en occidente se ha realizado experimentando en animales. Hablamos de vacunas, antibióticos, antidiabéticos, etc pero también de productos de cosmética e higiene personal.
Gracias a la presión realizada por los activistas en defensa de los animales el año 2013 fue un hito. En dicho año, la Unión Europea prohibió el uso de animales para testar cosméticos y endureció la legislación que permite su en experimentación con fines científicos.
La revolución biotecnológica salva a millones de animales
Se que muchos de los que leen estas líneas ven a un científico como un torturador de ratoncitos. Pero también tenemos científicos que han salvado millones de vidas de animales de experimentación. Yo prefiero quedarme con el lado positivo de la vida y por ello este post va de estos científicos.
Gracias a los avances en biotecnología, los científicos han conseguido desarrollar tejidos artificiales. Aunque es ahora cuando más se está hablando de ello, lo cierto es que existen desde hace ya algunos años.
Varias empresas como Organovo han desarrollado tejidos «in vitro» donde las empresas de cosmética pueden testar sus productos nuevos antes de salir al mercado. Esto ha permitido salvar millones de vidas de animales de experimentación.
Algunas de estas innovaciones in vitro son:
- Skintex es un método in-vitro que permite imitar la irritación de la piel humana ante la exposición de esta a una sustancia extraña. De esta manera ya no es necesario usar animales in vivo para determinar el grado de afectación cutánea.
- EpiPack es un método donde mediante la clonación de tejidos humanos se analiza el efecto sobre la misma de sustancias potencialmente dañinas.
- Neutral Red Bioassay se trata de cultivos artificiales de células humanas que se usan para calcular la absorción de un tinte soluble en agua y medir la toxicidad relativa.
- Testskin usa piel humana cultivada en una bolsa plástica estéril y puede ser usada para medir el grado de irritación.
Pero quizás, el avance más llamativo en este sentido fue el llevado a cabo por Organovo quien ha desarrollado una bioimpresora 3D. Esta impresora es capaz de crear tejidos en tres dimensiones que imitan los aspectos fundamentales de los tijidos originales. En el caso de la piel humana han sido capaces de crear una piel artificil idéntica a la epidermis humana y que reacciona de igual forma.
Desde un punto de vista ético y moral la experimentación animal es algo imposible de aceptar. Pero ahora además, existen alternativas más interesantes para las empresas. Alcanzar nuestras metas, aunque sea por caminos indirectos siempre es una satisfacción.