El veganismo ha generado en los últimos años muchos adeptos, cada día más, las personas no solo buscan información acerca de la dieta vegana y sus beneficios; sino acerca del compromiso ético con los animales, las personas y el medio ambiente que implica llevar un estilo de vida vegano. Un vegano como todos sabemos es un vegetariano estricto que no consume ningún producto lácteo, ni huevos. La mayoría de los veganos tampoco toman miel. Una dieta vegana equilibrada provee todos los nutrientes esenciales necesarios en lo que a la salud se refiere.
Para aclarar más esta definición se propone la elaborada por Donald Watson y Elsie Shrigley, en 1944; ellos afirmaron que “El veganismo es una filosofía de vida que excluye todas las formas de explotación y crueldad hacia el reino animal e incluye una reverencia a la vida. En la práctica se aplica siguiendo una dieta vegetariana pura y promueve al uso de alternativas para todas las materias derivadas parcial o totalmente de animales”. Esta visión del veganismo como una actitud respetuosa con los animales nos permite entender que no sólo se tiene en cuenta la alimentación, sino cualquier otra conducta que pudiese dañar a un animal.
¿Qué significa ser vegano?
Este estilo de vida implica una lucha por los derechos humanos
En el mundo entero, mil millones de personas (1.000.000.000) padecen de hambre. Cada año 30 millones (30.000.000) de personas mueren de hambre; mientras que, a nivel mundial, aproximadamente el 40 % de la pesca, el 50 % de la cosecha de cereales y entre 90 % y 98 % de la cosecha mundial de soja se utiliza para dar de comer a los “animales de granja”. Ante esta situación, la utilización de alimentos vegetales para la producción de alimentos de origen animal, es un escándalo y un crimen. Desde el Tercer Mundo se exportan a las naciones industrializadas alimentos vegetales para proveer a la industria ganadera, mientras niños y adultos sufren y mueren de hambre en estos países.
Ser vegano también implica un compromiso ético
la especie humana proclama arbitrariamente, un “valor” intrínseco superior para sí misma y excluye de forma arbitraria a toda la especie animal de los criterios éticos vigentes. El poder de los más fuertes posibilita este incremento del “valor” propio y que se excluya a los animales. ¿Este recurso arbitrario para la explotación de los animales es compatible con unos valores morales auténticos? Cuando la moral se usa a voluntad, es decir, cuando depende de la propia posición de fuerza o debilidad, entonces no es una moral auténtica, sino una moral para justificar crímenes brutales y egoístas hacia los más débiles e indefensos.
Ser vegano implica una profunda preocupación por el ambiente
Las investigaciones han demostrado que la producción de un solo kilo de carne produce emisiones del orden de los 36,4 kg de CO2. La “industria ganadera” y su producción de carne, leche y huevos, es el principal causante del calentamiento global y por lo tanto del cambio climático,por la emisión de gases de efecto invernadero como el metano y el CO2, incluso por delante del tráfico motorizado (camiones, automóviles, barcos, aviones y trenes) y toda la industria. Las selvas tropicales, tan importantes para el clima mundial, son taladas para crear pastos para los animales y el cultivo de plantas forrajeras.